domingo, 2 de febrero de 2014

LA CADENA DE TRASMISIÓN EN EL KARATE


LA CADENA DE TRASMISIÓN EN EL KARATE 

Un niño no nace sabiendo hablar, caminar o andar en bicicleta. Todas estas cosas se aprenden, y como no, también aprende a ser desobediente, tímido o agresivo. 

Pues si estas acciones se han aprendido, también pueden desaprenderse aprendiendo otras acciones distintas.

Todo lo que hacemos y pensamos es lo que denominamos CONDUCTA. La conducta es, pues, todo lo que hace un ser humano. La CONDUCTA está muy bien estudiada en la psicología.


La mayor parte de lo que vemos hacer a otras personas representa algo que hemos aprendido, desde hablar, vestirse, jugar y un largo etc…, pero también no es menos verdad que hemos podido aprender conductas como la desobediencia, rebeldía, agresividad etc…

En la educación y aprendizaje, desde niños el papel más importante lo marcan los padres, pero un grandísimo colaborador puede ser una buena instrucción de Karate.

La práctica de Karate es muy efectiva para generar hábitos de disciplina y buena conducta, pero como es evidente esta debe ser bajo la tutela siempre de un profesional de esta disciplina. Si no, puede llegar a ser todo lo contrario, muy peligroso y contraproducente.

Los buenos instructores de Karate, tienen que haber estudiado la psicopedagogía infantil y a ver dedicado un largo periodo de tiempo al estudio de la conducta. 

Enseñar Karate no solo es trasmitir como se realizan las técnicas de brazos y piernas, tras el Karate hay algo más. Tenemos que enseñarles pero para eso, nosotros los instructores, tenemos que estar aprendiendo de manera continua y sin pausa.

En la vida el aprendizaje no termina cuando nos hacemos mayores (y tampoco en el Karate cuando tenemos un alto grado). Cuando somos adultos seguimos aprendiendo una enorme cantidad de cosas, desde aprender hablar e interactuar con los amigos, aprendemos cosas de política, aprendemos un sin fin de cosas de la vida etc…. es decir que estamos aprendiendo constantemente y lo mismo nos ocurre con el Karate.

Sin darnos cuenta, las personas estamos continuamente aprendiendo unas de otras, en psicología se utiliza el término “APRENDIZAJE SOCIAL” para describir la manera en la que las personas se ENSEÑAN o CAMBIAN unas a otras.

Como podéis apreciar digo ENSEÑAR o CAMBIAR como queriendo decir lo mismo. Unos enseñamos a otros continuamente, al enseñar, cambiamos, modificamos a los demás; si nosotros somos enseñados, al ser enseñados somos cambiados.

Si traspasamos estos puntos de la psicología al Karate, no hay diferencia alguna.

Un instructor es muy influyente en la educación de un niño o de un adulto. Ojo, pero si no se le enseña de manera correcta por carencia de conocimientos y falta de profesionalidad, esto puede repercutir muy negativamente en la conducta de esta persona (niño o adulto).

No me estoy refiriendo a como se ejecuta un Mae Geri o un Tsuki, me estoy refiriendo a la CONDUCTA.

Durante mis años de Karate he podido cruzarme con muchos de mis colegas de profesión, y verdaderamente he quedado muy sorprendido al pararme a analizar los diferentes caracteres y formas de actuar de cada uno, y comprobar que sus discípulos obran prácticamente de la misma manera que ellos.
Vas a competiciones, cursos u otras actividades de Karate y casi por la forma de hablar, por el comportamiento o actitud, puedes saber quién es y cómo es la persona que le ha instruido e influido en su personalidad. 

La falta de etiqueta, cortesía, marcialidad, respeto, educación etc… que se puede palpar hoy en día en muchos practicantes de Karate, deja de manifiesto que la instrucción no ha sido la correcta.

Si es cierto que se ha mejorado muchísimo de generación en generación en los aspectos técnicos, pero ¿Dónde están los valores éticos y de conducta que aporta el Karate?

Es muy fácil decir y echar la culpa a las nuevas generaciones, diciendo cosas como “los jóvenes de ahora son así, no les gusta la marcialidad, solo pretenden competir y nada más”. Eso son respuestas fáciles para eludir la responsabilidad. Yo creo ciegamente que ellos no son los culpables, los culpables somos los instructores que hemos fallado en algún punto de la CADENA DE TRASMISIÓN del Karate.

Si queremos que esto no ocurra, somos nosotros, los instructores los que tenemos que cambiar y enseñar la vía correcta, y para eso nosotros también tenemos que ser enseñados de manera constante.

¿Cuántos por ostentar un alto grado o puesto directivo, han dejado de reciclarse, entrenar o estudiar?...... Respóndanse ustedes mismos.

En Karate como en la vida, el aprendizaje es constante, no tiene fin.

Hay que buscar y tener un MAESTRO, que no solo posea conocimientos técnicos, un nombre o una fama, si no que su personalidad, su actitud y su forma de vivir, sea un gran ejemplo a seguir. Entonces, esta persona puede cambiarte y enseñarte con su CONDUCTA.

Si éste te cambia y te guía de manera correcta, tú cambiarás a los tuyos, todo es una gran CADENA DE TRASMISIÓN.

Para que no se pierda la esencia del Karate, analiza tu posición y tus formas de transmitir, es muy posible que necesites cambiar alguna cosa para que esos valores lleguen y perduren en las generaciones venideras.

TOMATE UNOS MINUTOS Y REFLEXIONA SOBRE ELLO

A través de este pequeño articulo quiero trasladar mi más profundo agradecimiento a los Senseis Yutaka Yaguchi y Keigo Abe, por ser las dos personas que más me han influido en mi manera de ver y sentir el Karate. Gracias y mil gracias por los conocimientos técnicos que me trasmiten, pero por encima de todo ello, por ser las personas que sois, por esa personalidad, por esa calidad humana, por esa conducta y por esa manera de vivir que hace que seáis mis principales ideales y ejemplos a seguir. DOMO ARIGATO, Oss!!

© Rubén Cernuda